El Nuncio era el último puente con El Carmen, ¿su ausencia forzada anula posibilidad de diálogo con Ortega? Esto dicen analistas

De confirmarse la expulsión de Nicaragua del Nuncio Apostólico, Ortega estaría dando el último portazo a un diálogo con la oposición.

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  • marzo 10, 2022
  • 05:04 AM

La Santa Sede todavía no pronuncia sobre la “ausencia” de su representante en Nicaragua, el Nuncio Apostólico monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag y, mientras a lo interno cobra fuerza la teoría de que ha sido expulsado por el régimen Ortega-Murillo, surge otra muy preocupante para la oposicion nicaragüense: ¿Está Daniel Ortega desenchando la posibilidad de diálogo para la liberación de los presos políticos?

Analistas consultados por DESPACHO 505 tienen posiciones encontradas, si bien reconocen en la figura del representante del papa Francisco en Nicaragua el último puente con El Carmen -al menos hasta donde se conoce- también opinan que es una prueba del radicalismo de Ortega, de su aversión a todo y todos los que no se alínen a sus políticas.

Señalan que hace falta dejar correr el tiempo y que, tal y como prudentemente ha manifestado la Conferencia Episcopal, debe ser el sumo pontífice quien diga la última palabra.

ESCENARIO UNO: PORTAZO AL DIÁLOGO

El Nuncio abandonó sus funciones diplomáticas el país el pasado domingo 6 de marzo, sin especificar las razones y tiempo de su viaje. Tampoco se despidió del Cuerpo Diplomático ni de los representantes de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).

Un experto en política exterior dice que la abrupta salida del funcionarios del Vaticano en Nicaragua es el resultado de la falta de respuesta de parte de Ortega a la liberación de los más de 170 presos políticos de Nicaragua y, por tanto, se puede interpretar con la ausencia del Nuncio que Ortega está cerrando la puerta para un futuro diálogo con la oposición.

 “Eso pudiera darse como una interpretación que con la ausencia o salida del Nuncio ya no habría canales para que intercedan en una posible puerta que abra para un diálogo y lo más grave es que (la salida) se dio se una manera rápida fuera de los canales comunes de un reconocimiento y despedida a un embajador”, manifiesta el analista.

Agrega que esta situación da una idea del nivel de resistencia que tiene Ortega a la demanda de liberación presos políticos de Nicaragua: una total falta de entendimiento con el diplomático católico.

ESCENARIO DOS: ORTEGA CADA VEZ MÁS SOLO

Otro especialista en diplomacia dice que aunque la nota de la Nunciatura Apostólica en Nicaragua para informar la ausencia de Sommertag se presta a un sinnúmero de especulaciones refleja la forma comedida que lo ha caracterizado a durante su gestión en Nicaragua. Se ha distinguido por un estilo diplomático “sumamente comedido y cuidadoso”, dice.

De ser cierta la teoría de la expulsión -dice- "se estaría confirmando el abismal aislamiento internacional en que se encuentra (Daniel) Ortega”. Eso, cree que sería lo más revelador de esta polémica salida del Nuncio Apostólico.

"El diálogo siempre lo puede retomar (Ortega) con otros actores internacionales. Lo mismo cabe afirmar con las gestiones para la liberación de los presos políticos. Pero lo indicativo de la salida del Nuncio es el grado de intolerancia a que ha llegado la dictadura, que lo lleva al aislamiento casi total. Se tapa los oídos y expulsa a todo aquel que opina de manera diferente o propone diálogo para encontrar solución a los gravísimos problemas del país", refuerza.

LA DIPLOMACIA DEL VATICANO

Señala el experto que la aclaración sobre la salida del país de Sommertag le “corresponde hacerla a la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que debe una explicación al pueblo nicaragüense y a la comunidad diplomática sobre la salida intempestiva de su alto representante”.  

Añadió que ahora se usa la “ausencia” indefinida “para ocultar o disimular lo que ha sido una declaratoria de persona non grata”.

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Un punto que puso en evidencia las tensiones del Nuncio con Ortega fue la orden de anulación de la figura de «Decano del Cuerpo Diplomático», que desde el año 2000 correspondía al Nuncio Apostólico.

“La anulación de la decanatura del cuerpo diplomático, como una forma torpe de retirar esta cortesía al representante del Vaticano, ya reflejaba la existencia de tensiones, exacerbadas por sus gestiones a favor de los reos políticos”, apunta el experto.

EL TIEMPO DIRÁ

Marcelo Valle, abogado y exembajador de Argentina en Managua entre el 2013 y 2019,  considera que el tiempo que el Nuncio permanezca fuera del país será un factor para determinar el motivo y su relación con Ortega.

"Esta claro que el Nuncio ha tenido dificultades en el tema de la defensa de los derechos humanos para los presos políticos que se encuentran en las cárceles del régimen, entiendo que este ha sido un ejercicio que lo ha llevado a tener roces y distanciamiento con las autoridades locales. Si de ello hay una consecuencia eso se verá en el transcurso del tiempo", señala el exdiplomático argentino.

TERCER ESCENARIO: DEL LLAMADO PAPAL AL DESPIDO

Monseñor Sommertag, llegó al país en febrero del 2018, unos meses antes que estallarán las protestas sociales de abril de ese año, por eso Pedro Fonseca, Licenciado en Diplomacia y Relaciones Internacionales señala que para el Nuncio ha sido difícil mantener los canales de comunicación y las relaciones diplomáticas entre Ortega y la Santa Sede.

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Para Fonseca el viaje del Nuncio podría obedecer a que fue llamado a consulta por el Secretario de Estado del Vaticano por el contexto político que vive Nicaragua. Una segunda interpretación es que será reemplazado por un nuevo diplomático.

“La Santa Sede a lo mejor ha valorado que el trabajo del Nuncio Sommertag no ha sido el que es necesario para Nicaragua en su lugar lo puede reemplazar por otro Nuncio. La Santa Sede prestará mucha atención al rol que Nicaragua vaya ocupando a nivel internacional por su cercanía con Rusia y sin perder de vista los grandes problemas que Nicaragua tiene internamente”, señala Fonseca.

Fonseca recuerda que las relaciones entre la Santa Sede y Managua no han sido las mejores en los últimos años lo cual se refleja en la decisión de Ortega de no nombrar embajador ante el Vaticano desde el 21 de septiembre de 2021, cuando canceló el nombramiento de Elliette Ortega Sotomayor, quien a inicios de marzo dese mismo año sustituyó al excomisionado Francisco Bautista Lara.

“Que de momento no se tenga (embajador) es una evidencia de que Nicaragua no quiere diálogo, no quiere un canal de comunicación abierta, no quiere atender a las solicitudes de la comunidad internacional”, valora Fonseca.  

Finalmente, salta la posibilidad de que el Papa haya decidido retirar del cargo a su embajador porque “no está cumpliendo con éxito sus objetivos”, dice Fonseca.

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