La dictadura encierra a los santos católicos en Semana Santa por "miedo" al liderazgo de la Iglesia

Al menos 4,800 procesiones, es decir, un 90% de las que se celebran en Nicaragua, están prohibidas por el régimen Ortega-Murillo

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  • marzo 22, 2024
  • 03:20 AM

Por segundo año consecutivo, la Iglesia católica de Nicaragua celebra la Semana Santa sin permiso para celebrar procesiones. Si bien es parte de la férrea persecución religiosa de la dictadura que ha diezmado al catolicismo, no está ni cerca de ser una demostración de fuerza, coinciden expertos en asuntos religiosos. Están convencidos que es una disposición motivada desde el miedo y una demostración de que la Iglesia continúa cumpliendo su misión.

“El régimen orteguista continúa teniéndole temor al inmenso liderazgo social que poseen los obispos, sacerdotes y religiosas dentro del país. La Iglesia es la única y última institución que sigue resistiendo al control totalitario y represivo del orteguismo”, sostiene el periodista Israel Espinoza, experto en asuntos de la Iglesia.

Aunque no existe ningún comunicado oficial sobre la prohibición de procesiones, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, reveló que son aproximadamente 4,800 procesiones, es decir, un 90% de las actividades, las que están prohibidas en todo el país.

“Son pocas las parroquias que tienen permiso de sacar las procesiones, pero únicamente en la cuadra (manzana) donde se ubican los templos. Sin embargo, a última hora ese permiso puede ser revocado como en otras ocasiones”, dijo a DESPACHO 505 la investigadora.

Desde el 2018, el régimen Ortega-Murillo ha desatado una ola de represión en contra de la iglesia católica en Nicaragua y que terminó con la detención y destierro de sacerdotes, la cancelación de organizaciones religiosas, cierres de medios de comunicación, centros de enseñanzas y hasta la prohibición para realizar actividades religiosas.

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Espinoza recuerda que la única diócesis en Nicaragua que tiene “cierta libertad en esta Semana Santa es la de León, aunque esa no es la tónica en todo el país, donde se sigue prohibiendo la práctica pública de la fe cristiana”.

“LA DICTADURA QUIERE A RELIGIOSOS SOMETIDOS”

Martha Patricia Molina, autora de la investigación “Nicaragua: Una iglesia perseguida”, considera que la dictadura de Nicaragua prohíbe las procesiones porque "no tienen control absoluto de la Iglesia".

La represión, insiste la investigadora, demuestra que los dictadores "quieren a religiosos y laicos sometidos”

Para el sacerdote en el exilio Erick Díaz, el mensaje que envía la dictadura con las prohibiciones de las actividades religiosas en Semana Santa es de manoseo, humillación y amedrentamiento. Sin embargo, considera que la iglesia católica sufre estos ataques porque “cumple con su misión”.

“Si la iglesia ha sido perseguida y amedrentada es porque ha hecho su misión de fidelidad a Jesús de defender los más sagrado del hombre: la dignidad humana. Si la iglesia no lo hubiera hecho, solo fuera una institución humana con reglas y normas muy humanas, lejos de cumplir el mandato divino”, reflexionó el religioso.

IGLESIA CATÓLICA INVITA A VIVIR ESTA SEMANA SANTA EN ORACIÓN

Ante la prohibición de las actividades religiosas para esta Semana Mayor, la iglesia católica invitó a vivir este tiempo en oración y unión familiar para no perder la esencia de este tiempo litúrgico y así demostrar “resistencia antes los crímenes de lesa humanidad”.

“La Iglesia sigue haciendo su pastorales de esta Semana Santa, convocando a todo el pueblo cristiano a asistir a los oficios religiosos propios de estas fechas, que como el año pasado, se esperan masivos y evidenciará, nuevamente, la resistencia frente a la persecución de los cristianos en el país”, destacó Israel Espinoza.

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Martha Patricia Molina, por su parte, afirma que la iglesia católica convocó a la feligresía a la oración “al rezo del rosario, velación de imágenes a lo interno de los templos y el llamado unísono a vivir este tiempo en comunión con la iglesia”.

Asimismo, el padre Erick Díaz coincide con Molina al sostener que las prohibiciones de facto de las actividades religiosas no matan la fe de las familias católicas del país, por el contrario, es un “memorial que se actualiza viviendo el dolor de ser perseguido como lo vivió Jesús”.

“Jesús fue perseguido y crucificado y es lo que vive el pueblo hoy día, un pueblo separado, un pueblo herido, un pueblo humillado, un pueblo cargando con una cruz muy grande como la de Jesús camino al calvario. El pueblo ya ha sido vapuleado, crucificado, pero aún espera la resurrección”, reiteró el religioso.

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