Defensoras recomiendan hablar de abuso sexual en los hogares y escuelas para que la niñez esté alerta

La falta de comunicación entre padres e hijos y el prejuicio que existe de hablar de estos temas aumenta la vulnerabilidad de las niñas y niños.

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  • septiembre 07, 2022
  • 10:36 PM

Los principales sospechosos de asesinar esta semana a dos niñas en Managua eran sus vecinos. Para las defensoras de los derechos de las mujeres y las niñas el caso ratifica el hecho de que los abusadores casi siempre son cercanos y pone de manifiesto la necesidad de hablar de abuso sexual en los hogares y las escuelas para que la niñez esté alerta.

La socióloga y feminista María Teresa Blandón señala que hay familias que, lamentablemente, no son un factor de protección de la niñez porque dentro de la familia no se habla de la violencia, no sea habla del abuso sexual, no se enseña a sospechar de los adultos, a sospechar de determinados gestos.

También considera que tampoco se tejen redes de confianza entre los niños y los progenitores, así que no existe una comunicación franca que pueda alertar a los padres o a los tutores sobre el peligro que corren las niñas y los niños.

INCLUSIÓN DEL TEMA EN LAS AULAS

La falta de comunicación entre padres e hijos y el prejuicio que existe de hablar de estos temas aumenta la vulnerabilidad de las niñas y niños.

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“Como no se habla de esto, las niñas y los niños se vuelven muy vulnerables frente al abuso, frente a la violación, frente a estos horrendos actos de violencia”, dice Blandón.

El Estado también tiene una responsabilidad y no la está cumpliendo. “Tenemos un Estado que no ha hecho nada para incorporar en el sistema educativo un trabajo sistemático de abordaje de la violencia”.

REDES DE COMUNICACIÓN

Lorna Norori, psicóloga y activista pro derechos de la niñez, explica que el actuar de los presuntos asesinos de las niñas en Managua ratifica que el abuso sexual sigue siendo cometido por personas cercanas. Lo otro es que buscan generar coartadas de confianza para que las víctimas no sospechen, pues utilizaron a una niña para mandar a buscar a las pequeñas víctimas.

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“Este caso ratifica el esquema histórico del abuso sexual con su ocurrencia en los lugares que se consideran seguros para las niñas, niños y adolescentes, y  lo que está bien dramático es la forma en que lo tuvieron planificado y lo ejecutaron hasta matarlas”, comenta.

Norori hace énfasis en que en la comunidad, si no se mantiene al tanto, si no está haciendo las cosas en función de la prevención de estas situaciones, las niñas y los niños van a estar siempre en riesgo.

“Una de las formas de comunicación que se tiene que expresar en las comunidades, los barrios, es el poder tener esa red comunitaria que les permita saber qué ocurre y eso no es una cuestión que tengan que hacer ni políticamente ni con permiso de nadie, simplemente son las  madres comunicándose unas a otras”, recomienda.

CIERRE DE OENEGÉS AUMENTA INDEFENSIÓN

Por su parte, la socióloga Elvira Cuadra considera que hay que tomar en cuenta los factores que intervienen en esta violencia contra las mujeres en Nicaragua, pues lo vincula con la crisis sociopolítica que vive el país. “Las mujeres están en desprotección, no hay instituciones que respondan defendiéndolas frente a esta violencia y menos en el caso de las niñas”.

La dictadura ha cancelado la personería jurídica de más de cien organizaciones de mujeres que defendían y acompañaban a las víctimas en estas situaciones de violencia.

“En este caso, el Estado se ha convertido en un actor dinamizador de la violencia contra las mujeres y las ha colocado en una situación que es aprovechada por los perpetradores de la violencia, que ha dado lugar a la impunidad que incentiva el femicidio”, advierte.

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