Jalapa en vilo por hermanos secuestrados en México: "Son buenos muchachos, la familia no tiene el dinero", lamentan vecinos

Los hermanos secuestrados en México, antes de salir de Jalapa trabajaban en la huerta familiar donde cultivaban granos y papa para subsistir

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  • diciembre 06, 2022
  • 02:47 AM

Hay consternación en todo el barrio Santa Rosa, de Jalapa. Hay “caras tristes y mucho pesar” por lo que pasa la familia de los hermanos Martínez Hernández, secuestrados en México y sentenciados a pagar o morir.

“Hablan poco, están muy tristes”, dice un vecino de don Daniel Martínez, el padre de los jóvenes cuya súplica con una pistola en la sién causa conmoción.

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Quienes conocen a los jóvenes no pueden creer las horas difíciles que viven. “No son malos muchachos, no se fueron huyendo de nada, buscaban oportunidades para ellos”, dice una señora, que los conoce desde que corrían descalzos y en pantaloncillos por las calles del barrio.

Ahora le duele verlos derrumbados, llorar afligidos y pedirle desespereados a su padre que busque los 30.000 dólares que exige un cartel mexicano para liberarlos o los matarán, según las mismas palabras de  Heysell Lineth Martínez Hernández. “Es mucha maldad, pobrecitos”, dice la vecina.

Las imágenes de Haysell Lineth y su hermano Julmer, en la que aparecen con una pistola apuntándoles al sentido, mientras suplican  al padre reúna el rescate, se volvieron virales en la redes este domingo y lunes. Los hermanos fueron secuestrados en Ciudad Juárez aparentemente el jueves último, cuando tomaban un descanso en la ruta irregular hacia Estados Unidos.

LA HORA DEL SECUESTRO

Los hermanos Martínez Hernández de Jalapa, secuestrados en México.

Un familiar dijo que hasta ayer tarde intentaban negociar el monto inicial con los secuestradores y bajarlo. Esperaban que podrían aceptarles una propuesta. Son horas de angustia pues esperan confirmación por la noche. “A la familia le está costando, no tenemos el dinero”, dijeron.

Haysell y Julmer fueron secuestrados cuando caminaban por una de las calles de Ciudad Juárez. Habían salido en busca de comprar alimentos antes de descansar, para seguir la travesía hacia el norte, cuando varios sujetos los rodearon, los encañonaron y se los llevaron, confiaron los parientes.

Los hermanos eran muy conocidos en Santa Rosa. En los últimos meses, antes de salir de Jalapa trabajaban en la huerta familiar de unas cinco manzanas, donde el padre cultivaba granos y papa para subsistir.

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AFERRADOS A UN MILAGRO

Los estragos de los huracanes, los malos inviernos de los últimos años afectó el trabajo en la huerta. Lo poco que lograban en cada ciclo dejó de ser suficiente, por lo que los jóvenes se vieron obligados a pensar en otros horizontes como miles en Nicaragua. Un pariente establecido en Estados Unidos les ofreció apoyo y así fue que el 13 de noviembre decidieron hacer la travesía sin imaginarse el drama que les esperaba.

Daniel Martínez, el padre, está desesperado. Le teme a recibir malas noticias en cualquier momento. En las imágenes, ve una y otra vez a Haysell. La ve sentada sobre un sofá. Llora desconsoladamente, se restriega con frecuencias las manos como consecuencia de sus nervios alterados y suplica el pago del rescate para que su hermano y ella, puedan sobrevivir.

“Nos van a cortar un dedo, nos van a matar si no consigue el dinero”, dice durante la grabación. “Esas imágenes me desgarran el alma”, dijo a DESPACHO 505 don Daniel, aferrado a un milagro que pueda librar a sus hijos de las garras  de los malhechores.

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"BAJO ESTRÉS EXTREMO"

La semana pasada se conoció que más de 250 ciudadanos nicaragüenses han sido reportados como desaparecidos por sus familiares ante el organismo Texas Nicaraguan Community, en los últimos 15 días, después de que fueran retenidos por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) de México.

Los defensores de derechos humanos como Pablo Cuevas, de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos, aseguran que parte de esos desaparecidos son generalmente la gente que es secuestrada.

Sobre el drama que vive la familia Martínez Hernández, el psicólogo Roberto Ordóñez, especialista en traumas individuales y colectivos y otras sintomatologías, dice que tanto la familia como los jóvenes secuestrados viven un estrés extremo.

"Es una situación potencialmente traumática de alto nivel. La angustia de no poder reunir el dinero para salvar las vidas, hay miedo, hay culpas, también", dice. En cuanto a los jóvenes secuestrados, asegura que se exponen al miedo a una muerte violenta, la ansiedad y falta de sueño. "Todos están bajo un estrés agudo", concluyó.

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