El testimonio de un desterrado: "Servir a Cristo, a sus pastores y a la Iglesia nunca será una traición"

Manuel Antonio Obando Cortedano fue apresado por servir a la Diócesis de Matagalpa. Fue parte de los 222 presos políticos desterrados a Estados Unidos y a un año de su expulsión comparte su testimonio

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  • febrero 04, 2024
  • 11:09 PM

El reloj marcaba las 5:47 de la tarde del domingo 11 de diciembre 2022, cuando vi que patrullas de la Policía de Nicaragua que está al servicio del gobierno rodearon el vehículo en el que viajaba con mi hijo y mi esposa, bajé la mirada para leer un mensaje de texto y en fracciones de segundos oficiales fuertemente armados me bajaron a la fuerza, me esposaron y subieron en una de las patrullas mientras escuchaba el llanto de mi hijo y la desesperación de mi esposa.

Era investigado por acompañar al Obispo de la Diócesis de Matagalpa en su labor pastoral durante los últimos 11 años. Hasta ese momento monseñor Álvarez llevaba 4 meses privado de libertad, junto a sacerdotes y laicos.

Estudié la carrera de Comunicación Social. En 2015, monseñor Rolando me pidió ser director de redes sociales de la Diócesis de Matagalpa y en el 2018, director de los Medios de Comunicación Diocesanos.

Fui llevado junto a Wilberto Artola, a la Dirección General de Auxilio Judicial en Managua, donde el régimen mantenía cautivos a opositores, a sacerdotes, laicos y seminaristas. Estuve el primer día en una celda de 1 metro por 1 metro, luego 38 días en una celda de castigo de pequeñas dimensiones y sellada completamente. Solo tenía una ventanilla para pasar alimentos.

El 14 y 21 de diciembre, nos presentaron en los Juzgados de Managua donde la Fiscalía de la República, me acusó por Menoscabo a la Integridad Nacional. En medio de todo, mi fe y confianza estaba puesta en Señor, quien en su Providencia por intercesión de la Virgen Santísima, los Ángeles y Santos, pronto concederían la gracia de la libertad.

Estuve el primer día en una celda de 1 metro por 1 metro, luego 38 días en una celda de castigo, de pequeñas dimensiones, sellada completamente, que tenía una ventanilla para pasar alimentos.

Manuel Obando Cortedano, exdirector de Medios de la Diócesis de Matagalpa.

EL DESTIERRO

Ese milagro llegó la madrugada del 9 de febrero 2023, cuando los Policías entregaron la ropa civil que antes habían solicitado a la familia, seguidamente nos trasladaron en buses, pensaba que iniciaba el viaje hacia mi casa. No obstante, éramos liberados, pero no de la forma esperada, los buses ingresaron a la pista del Aeropuerto Internacional de Managua y fuimos entregados a funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes nos trasladaron a Washington.

En ese momento di gracias a Dios, y comprendí que estábamos siendo expulsados de Nicaragua y desnacionalizados. Servir a Cristo, a sus pastores y a la Iglesia nunca será una traición, siempre será un honor.

Un año después de haber sido desterrado, continúo en Estados Unidos, con mi esposa e hijo. Trabajo en un restaurante de comidas rápidas en el área de cocina, donde entre varias actividades me corresponde armar y alistar los pedidos que los clientes hacen, dejándolos listos para ser servidos, sea para desayuno o almuerzo.

Y como parte de mi misión de laico, a través de mis redes sociales (Facebook, YouTube, Tik Tok, Instagram), realizo publicaciones sobre temas de fe, haciendo jornadas de formación y podcast católicos que ayudan principalmente a la feligresía de Nicaragua que han quedado sin acceso a medios de comunicación Católicos tras el cierre masivo de agosto del 2022.

Manuel Antonio Obando Cortedano, es periodista y uno de los 222 nicaragüenses desterrado y desnacionalizado.

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