Mientras acusa a Israel de cometer genocidio en Gaza y a Estados Unidos de "cómplice", el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo omite su historial represivo en Nicaragua.
Se elimina el tradicional 14 de julio como Día de la Bandera y establece el 4 de mayo como fecha con doble celebración que refuerza la ideología sandinista.
Félix Maradiaga sostiene que el premio de la Unesco a La Prensa confirma el fracaso del régimen en silenciar al periodismo independiente, incluso en el exilio.
El ultimátum es para “todas” las religiosas que están en Nicaragua, quienes se verán obligadas a refugiarse en países donde se encuentran sus congregaciones.
Al régimen le duelen las sanciones y por eso cambia constantemente su narrativa. Tanta es la incomodidad que ha tenido que modificar y crear nuevas leyes para sortearlas.
El exmandatario uruguayo expresó que lo que ocurre en Nicaragua “no tiene gollete (sentido)” y que es “increíble” que la revolución sandinista haya desembocado en Rosario Murillo.
El régimen acusa a los países firmantes de actuar en "insubordinación" frente al derecho internacional y desacatando la jurisprudencia del SICA al cuestionar la capacidad de Nicaragua para designar a sus propios representantes
El ente regulador ordena a los bancos prestar servicios a los sancionados, pero sin violentar lo dispuesto en la ley internacional, todo lo contrario a lo que establece la nueva ley creada para protegerlos